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En la COP30, líderes de Pueblos Indígenas de la Amazonía exigen acciones concretas para frenar la expansión petrolera

Los discursos mencionan transición justa y las acciones impulsan la expansión de la frontera petrolera

Belém, Brasil (18 de noviembre de 2025) A medida que avanzan las negociaciones en la COP30, líderes de Pueblos Indígenas de la Amazonía ecuatoriana y brasileña denuncian la  expansión petrolera en la región y hacen un llamado a que los Estados parte tomen acciones concretas para transitar fuera de los combustibles fósiles. 

La COP, que por primera vez se realiza en la Amazonía, generó grandes expectativas por avanzar en una hoja de ruta para poner fin a los combustibles fósiles. Para ello, es esencial garantizar el pleno respeto de los derechos de los Pueblos Indígenas, quienes son actores clave para la protección de áreas de particular importancia para la biodiversidad, necesarias para la estabilidad climática global. 

La cuestión de la salida de los combustibles fósiles sigue siendo un tema de tensión entre los Estados parte. Sin embargo, la referencia al respeto de los derechos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI) dentro del texto de negociación de transición justa fue un avance clave. 

Otras iniciativas que se han avanzado es la Declaración de Belem para la salida de los combustibles fósiles propuesta por Colombia, y la hoja de ruta para salir de los combustibles fósiles propuesta por Brasil. Aunque estas iniciativas tengan el apoyo de varios Estados parte, la expectativa es clara: para que esta sea la “COP de la implementación”, no se puede permitir la extracción de una gota más de petróleo. 

Expansión petrolera contradice el discurso climático

En Ecuador, el referendo del Yasuní —un hito global que demostró que la ciudadanía puede decidir dejar el petróleo bajo tierra— reveló que es posible avanzar hacia territorios libres de combustibles fósiles. No obstante, dos años después del mandato popular, su incumplimiento evidencia la ausencia de voluntad política y la falta de garantía hacia los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial (PIACI). 

A esto se suma la reciente apertura de dos nuevas subastas petroleras denominadas Ronda Suroriente y Subandina, que abarcan más de 3 millones de hectáreas de la Amazonía centro y sur de Ecuador, afectando directamente a siete nacionalidades indígenas, entre ellas territorios donde habitan también Pueblos Indígenas en Aislamiento, considerados de altísima vulnerabilidad.

El país anfitrión, Brasil, afirma liderar la agenda climática global y la transición energética. Sin embargo, de manera paralela impulsa la apertura de nuevos bloques petroleros en la Amazonía.  incluyendo el Bloque 59, que amenaza ecosistemas estratégicos y territorios indígenas.

Este doble discurso —clima por un lado, expansión extractiva por el otro— se repite a lo largo de la cuenca amazónica. La brecha entre los compromisos climáticos y las políticas nacionales continúa ampliándose, generando graves riesgos para el bioma y para los pueblos que lo protegen.

Liderazgos indígenas demandaron acciones urgente ante la COP:

  • Garantizar la seguridad jurídica y la protección de los territorios indígenas, especialmente los territorios de Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial (PIACI) como política y acción climática.
  • Adoptar y poner en práctica mecanismos de financiamiento directo, flexible y culturalmente apropiado para los Pueblos Indígenas y sus organizaciones, sin crear deuda.
  • Declarar la Amazonía como zona de exclusión para todas las actividades extractivas, en particular el petróleo, el gas y los minerales convencionales o de transición/críticos, comenzando con los territorios indígenas y, urgentemente, con los territorios PIACI.
  • Garantizar la participación y representación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas  en la gobernanza climática.

Panelistas de la conferencia de prensa han ofrecido los siguientes comentarios:

 

Luene Karipuna, Coordinadora Ejecutiva de la Articulação dos Povos e Organizações Indígenas do Amapá e Norte do Pará (APOIANP):

“Esta no puede ser una COP solo de acuerdos: queremos acciones concretas. No se puede hablar de una transición justa sin los Pueblos Indígenas en el centro del debate. De nada sirve atraer la atención del mundo hacia una transición energética mientras se avanza en la explotación de petróleo en la desembocadura del Amazonas. Queremos una Amazonía libre de combustibles fósiles, y es necesario que Brasil sea un ejemplo en casa para poder orientar a los demás países.”

 

Luis Canelos, Presidente de la Nacionalidad Kichwa de Pastaza (Pakkiru):

“El Estado ecuatoriano, habla de comprometerse con la conservación y la protección de los territorios de Pueblos Indígenas, pero la  realidad es que ha iniciado dos nuevas subastas denominadas Ronda Subandina y Suroriente que afecta 3 millones de hectáreas del centro de la Amazonía ecuatoriana. Aquí vivimos pueblos milenarios, que hemos conservado el 80% del territorio de la provincia de Pastaza, y quiere subastar estos territorios como si estuvieran vacíos.”

 

Juan Bay, Presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE):

 

El Yasuní es un referente global de que es posible transitar a un modelo territorial libre de combustibles fósiles, pero también es un referente de la falta de voluntad política que tiene el Estado para parar la extracción petrolera en este territorio donde habitamos Pueblos Indígenas en Aislamiento y Contacto Inicial. Hacemos un llamado a los países del mundo que regresen a ver el caso del Yasuní, que es un ejemplo de transición justa que no se está cumpliendo”

 

 

 

 

 

Contactos de prensa:

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